El médico le había dicho que sus posibilidades de afrontar con normalidad la prueba eran mínimas, aunque las sensaciones de los días anteriores a la prueba y sus ganas de culminar un verano espectacular le decían otra cosa. Desgraciadamente para Kevin Viñuela, acertó el médico. El virus que le había atacado apenas una semana antes del Campeonato de Europa sub’23 de triatlón hizo de las suyas con el deportista leonés que no pudo estar cerca de los puestos en los que habría podido colarse.
Todo estaba torcido para esta primera experiencia del leonés con la selección española. En Velence (Hungría) una ola de calor aconsejó cambiar el modelo de competición de distancia olímpica a sprint, que ya era un problema para Viñuela. Y por si eso fuera poco, el virus le dejó tocado.
No lo notó de salida, pero sí fue haciendo de las suyas al avanzar la competición. Kevin Viñuela salíó segundo del agua y aguantó en el grupo principal las dos primeras vueltas de ciclismo, pero en la tercera ya empezó a ver que las piernas no iban como otros días. Aguantó como pudo en los otros dos giros al circuito pero para entonces ya estaba más atrás del puesto 20. Quedaba la carrera a pie y en ella el cuerpo dijo basta. En cualquier otra carrera habría abandonado, pero con el mono de la selección española y en un Campeonato de Europa sub’23 el de Vegacervera decidió sufrir y pese a que no era capaz de agarrarse a ninguno de los gruposque le iban superando, seguir aunque fuera a una velocidad a la que no corría ni siendo un niño. Más con el corazón que las piernas llegó a la meta con la rabia de no haber peleado por una plaza en el ‘top 10’ que sabía que tenía en sus piernas después de una temporada inmaculada.
Una experiencia más que le servirá de cara al futuro que tiene por delante el leonés.