El Balonmano Valladolid ya es historia. Libró un match ball al final de la pasada temporada, pero no ha sido capaz de superar el que tenía que vencer este verano. Era algo esperado que se confirmó en la asamblea de socios. El presidente del club, Óscar Simón, anunció que echan el cierre.
El administrador concursal lo venía apuntando desde hacía tiempo y así se lo había comunicado al juez. Ahora la amenaza se ha cumplido y el club queda disuelto de manera oficial poniendo punto final a más de 40 años de vida entre los 23 largos del club actual y los anteriores del Michelín del que heredó la plaza en la máxima categoría del balonmano español.
"El descenso de categoría ha terminado por ser definitivo. Podíamos haber sido viables en Asobal, pero así no. Por desgracia, ya no depende de nosotros", explicaba el presidente, que calificaba la situación económica de insostenible, que empeoró con el descenso del equipo que se unía a la denuncia de un antiguo miembro del club para dar la puntilla al club.
Ni siquiera el intento de varios exjugadores del club que han inscrito un nuevo club con la intención de salir en División de Honor B, el Balonmano Atlético Valladolid, ha llegado a tiempo para salvar al club. La compra de la plaza ofrecía demasiadas dudas legales, por lo que ha sido descartada y al final, cerca de dos millones de euros de deuda provocarán la desaparición del BM Valladolid.